viernes, 24 de noviembre de 2006

Allí en lo alto

Hay 3 clases de personas en esta biblioteca. Los que escriben en folios, los que tienen portátil y los que tienen un portátil muy pequeño. Estos últimos son los mejores. Tienen todo lo que un estudiante de ingeniería podría desear. Música, internet, trabajo y todo ello dentro de un cacharro precioso. Seguro que ellos aprueban más. Apostaría a que son más felices. Fíjate como teclean. Cuantas cosas se pueden hacer con ese invento. Los observo. Catean por el messenger con otros que están tan aburridos como ellos. Les envidio, ojalá pudiera yo conformarme con eso. Sería mucho más sencillo si no me picara este gusanillo. Si no se me revolvieran estas fuerzas dentro. Hoy almorcé más de la cuenta.
Quiero ser el primero. Llegar tan alto que este mundo opresivo que ahora me rodea no sea más que un puntito negro.
Por eso te quiero a mi lado. Porque tu también sientes en ocasiones esto que yo a veces siento. Porque se que tú puedes lograrlo. Porque contigo ese sitio de ahí arriba será más bonito, más divertido e interesante. Más placentero. Será no una idea o un deseo, sino algo que toquemos con los dedos. Por eso no me paro. Tengo que encontrar ese lugar. Creo que está en el extranjero. En una ciudad muy grande, inmensa. Quizás en un pueblo. Si quieres venirte conmigo yo te tiendo la mano para que me acompañes. Si no, allí te espero. Si ves que tú lo encuentras antes llámame, que a veces soy muy lento. De cualquier modo se que allí en lo alto nos veremos, cerquita del cielo.

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