curtido marinero, pirata en mares de coral,
era su barco una taza resistente al vendaval,
y su mirada un desierto, de soledad radical.
Buscaba el oso un tesoro que aliviase su moral
de recuerdos de otros tiempos, en que se dedicaba al mal.
Fue este peluche malvado, que se salió del corral
regalado a una damita con un poder sin igual.
Erase una vez una niña, de fría mirada invernal
que enamoró a un vil pirata, y lo curo de su mal,
hizo con él un peluche, de ternura colosal,
y con su barco una taza... un objeto mundanal.
¿Hubieses preferido esto, en vez de lo de las fregonas Laura?