miércoles, 19 de noviembre de 2008

He tenido que llegar aquí por algún motivo, no me ha traido un ser inexistente (ni mucho menos). Tampoco he venido porque esté enamorada de alguien para llegar hasta aquí. Es cierto que puse una excusa para venir, una excusa para que los demás entendiesen el por qué. A nadie le basta un "porque me gusta y punto", la gente quiere más, quiere una explicación razonable del por qué hacemos las cosas. Yo no las quiero, ni las quiero ni las necesito, ¿para qué sirven las explicaciones?. Solo complican la vida, la mayoría son inventadas, yo me las invento porque la gente las pide... no se conforman con el "porque me gusta y punto", la gente necesita saber más, necesitan saberlo todo... necesitan entenderlo todo buscando la lógica... pero es todo tan caótico que nadie sabe lo que es, ni dónde está o dónde irá...
Al final todo el mundo cree saberlo todo pero nadie sabe nada...

lunes, 25 de agosto de 2008

Ausencia

   Un vacío no puede ser llenado con nada, sino que con el tiempo acaba devorándose a sí mismo. Lo único que puede llenar un vacío es precisamente aquello que lo provocó. Pero cuando se crea uno es porque realmente no existen apenas esperanzas de que su causante regrese.
El vacío se da, sobretodo, cuando se sabe que lo feliz pasado no volverá. El que alberga esperanzas no lo siente en toda su profundidad, sino que padece de nerviosismo, de desasosiego, por ver qué pasará finalmente, descartando o terminando de conformar la experiencia de la nada presente.
   El vacío no puede ser imaginado. Probablemente, si imaginamos que muere nuestra madre no alcancemos a sentir todo lo que ello conllevaría. Así pues, es incalculable, y solo conocido por los que en él se hallan.
   Nos preguntamos, ¿volveré a ser el de antes? ¿dejaré de echar de menos? ¿cuándo dejaré de acordarme de ello? Como dije al comienzo, no podemos hacer nada que lo elimine en el momento, pues en él solo encaja lo que lo causó. El resto de cosas o son demasiado pequeñas o, más bien, no poseen la misma forma. El vacío lo es siempre de una realidad concreta e insustituible por otra que no sea ella misma. Cuanto más grande es la nada, tanto mayor es la intensidad con que se viven los recuerdos que remiten a lo fugitivo.
   ¿Cómo se elimina el vacío? La realidad que va pasando a través de nosotros va limándolo, haciéndolo de una forma tan sutil que ni siquiera lo notamos. El resultado final es la disolución total del vacío, el esparcimiento de cada uno de sus “átomos” por toda nuestra realidad subjetiva, formando una fina capa que matiza muy ligeramente un nuevo modo de sentir. De esta forma, el vacío no vuelve a ser vivido como cuando era un todo, sino que queda recogido de forma muy difusa en nuestro vivir diario.

jueves, 21 de febrero de 2008

Con las manos frías

Seguramente sea verdad.
Me enamoré de las noches
y de las calles desiertas.

Me enamoré del silencio de mi voz
y de la soledad de mi habitación.

De las luces lejanas
y de la lluvia sobre mi nariz.

Del olor de mi pelo
y del color de mi sombra.

Me enamoré de mi propio abrazo
y de mis manos frías sobre mi espalda.