miércoles, 18 de abril de 2007

Dos Semanas

tengo sed, nervios, todos me odian y yo aquí peleando por ellos. Tengo ganas de mandarlos a la mierda, olvidarme de que existen. Esconderme en mi agujero y fumar, descansar por fin. Solo una calada sería suficiente para volver a respirar. ¿por qué coño no fumo? ya ni me acuerdo. Sólo se que no puedo, que no quiero. Por algún motivo que no entiendo sufro. Que bonito rendirse.
Triste, inseguro, nervioso, dolido con quien se me acerca, enfadado con el que se aleja. ¿No se puede hacer esto de otra manera?. Si, dandose cuenta de cual es la verdad verdadera, que no es que me guste, que no es que yo quiera, sino que ese monstruito que llevo en la cabeza puede sentir lo poco que le queda. Y se asusta y me aprieta. Y me asusto y les aprieto. Y me odia, sabe que planeo en su contra. Y les odio, se que me engañan. Todo tontunas de mi cabeza, tan reales, tan dolorosas.
Quiero fumar, quiero fumar, quiero no parar de fumar.
Quiero vivir, quiero ser yo, serlo sin tener que luchar contra esta mierda que llevo dentro. Tan fácil como encenderlo. Tan fácil como rendirme, pero no quiero, porque me acostumbro a no luchar. Y luego no puedo hacer lo que quiero. Y quiero poder hacerlo. Asi que seguiré sufriendo.

lunes, 9 de abril de 2007

fuck this shit

ante situaciones difíciles soluciones prácticas:
respirar hondo, una tila, una botella de vino,
un chute de lo que sea en vena, salir a correr bajo la lluvia,
30 abdominales, gritar, callar, insultar, morderse la lengua, contar hasta 10...
pero nunca nunca nunca, pensar.




mierda. -ya lo he hecho.

domingo, 8 de abril de 2007

puede contener trazas de frutos secos

Me refiero a los supermercados. No los entiendo. Igual son demasiado grandes para mí. El caso es que entro en uno y me quedo clavada delante de la nevera de los yogures. Hay unos dos mil quinientos tipos de yogures de fresa y ninguno tiene fresas. Los ingredientes tampoco los entiendo demasiado bien, preferiría que dijeran 'etc.' antes que 'excipiente E-330'. Y luego salgo a la calle y me encuentro con toda esa política anti-tabaco. Hay un despacho de abogados en frente, a veces los observo por la ventana mientras la cafetera me avisa de que ya. Hay un solitario que bebe quince refrescos de cola sin azúcar cada mañana y fuma otros tantos paquetes de tabaco. No sé de qué hablan, no los oigo desde aquí arriba. Ellos no me ven, soy sólo otro ojo más de un edificio cualquiera, de los más viejos, eso sí. Me imagino sus conversaciones porque en mi piso no hay televisor, bueno, si hay, pero está roto, ya sabes, la humedad y el tubo de imagen, y las vacaciones de navidad. Cuando llueve, hablan de la lluvia y miran a las aceras, entonces no se preocupan de pisar las colillas, y es cuando más agachan las cabezas y me doy cuenta de lo poderosa que puede ser una gota de agua siendo tan pequeña, o es que son muchas gotas, o es que tenemos miedo. En mayo, los abogados se agarran al cuello de sus camisas y lo zarandean, debe ser fresquito llevar camisas de rayas y zarandear los cuellos en verano, si no, no sé porqué lo harían. Yo aún no lo he probado. Los helados de limón tampoco. Al final siempre elijo el de chocolate y galletas. Las heladerías me recuerdan a las neveras de yogures de los supermercados, pero ahí sí se ven las fresas, aunque nunca te tocan, claro. Se levantan muy temprano a trabajar los abogados. A veces salen muy tarde, Eva dice que la gente está estresada y por eso existen las leyes. Yo creo que las leyes se inventaron antes que el estrés y los abogados a la vez. Después de trabajar algunos van al gimnasio, a correr en las cintas o en las bicicletas. El aire también tiene muchos E-330, incluso en los gimnasios, en las reservas naturales no. Allí todo es más puro, porque son reservas, y porque son naturales. También están empaquetadas, precintadas y delimitadas. Para sentirnos más seguros porque aún existe algo sin colorantes ni conservantes. Tengo treinta y dos años. Voy a vivir al menos cincuenta más, o eso dice mi hipoteca. Si la comparto con alguien, viviré veinticinco seguro, aunque claro, también está el coche, o los coches, la televisión con dolbi-surround y las vacaciones para desestresarme. Eso tiene que entrar en la hipoteca. Seguramente también tengo fecha de caducidad pero por más que me miro en el espejo no consigo leerla.

Los anuncios son otra historia.

martes, 3 de abril de 2007

...a parte

Era lo que me temía. Lo sabía. No se por qué. Lo sabía. Intuición femenina. Aunque eso no exista. Era esa mirada asesina. ¿Te debo la vida?. Lo parece. ¿Por qué no lo dijiste antes?. Eres tonto. Gilipollas. Cipote. Así. Como te lo dije. Cipote. Hay que decirte eso. Así dices lo que pasa por tu mente. Lo que te pasa conmigo. Es difícil confiar en mi después de aquello. Tu también fallas. Un error. Uno. Solo uno. Lo convertiste en mil. Arrodillarme. Algo rastrero. Todo arreglado ya. Espero. Que no vuelvas a pensar eso. Sabía que era tu miedo. Lo seguirá siendo. Lo se. Y volverá a pasar. Que vuelva tu miedo. No lo otro. Lo otro no se. No se ni lo que pasa por mi mente. Está en continuo movimiento [viva Heráclito]. ¿A caso alguien lo sabe?. ¿A caso alguien está seguro de lo que piensa en cada momento?. Estaba harta. Te lo dije.