lunes, 25 de agosto de 2008

Ausencia

   Un vacío no puede ser llenado con nada, sino que con el tiempo acaba devorándose a sí mismo. Lo único que puede llenar un vacío es precisamente aquello que lo provocó. Pero cuando se crea uno es porque realmente no existen apenas esperanzas de que su causante regrese.
El vacío se da, sobretodo, cuando se sabe que lo feliz pasado no volverá. El que alberga esperanzas no lo siente en toda su profundidad, sino que padece de nerviosismo, de desasosiego, por ver qué pasará finalmente, descartando o terminando de conformar la experiencia de la nada presente.
   El vacío no puede ser imaginado. Probablemente, si imaginamos que muere nuestra madre no alcancemos a sentir todo lo que ello conllevaría. Así pues, es incalculable, y solo conocido por los que en él se hallan.
   Nos preguntamos, ¿volveré a ser el de antes? ¿dejaré de echar de menos? ¿cuándo dejaré de acordarme de ello? Como dije al comienzo, no podemos hacer nada que lo elimine en el momento, pues en él solo encaja lo que lo causó. El resto de cosas o son demasiado pequeñas o, más bien, no poseen la misma forma. El vacío lo es siempre de una realidad concreta e insustituible por otra que no sea ella misma. Cuanto más grande es la nada, tanto mayor es la intensidad con que se viven los recuerdos que remiten a lo fugitivo.
   ¿Cómo se elimina el vacío? La realidad que va pasando a través de nosotros va limándolo, haciéndolo de una forma tan sutil que ni siquiera lo notamos. El resultado final es la disolución total del vacío, el esparcimiento de cada uno de sus “átomos” por toda nuestra realidad subjetiva, formando una fina capa que matiza muy ligeramente un nuevo modo de sentir. De esta forma, el vacío no vuelve a ser vivido como cuando era un todo, sino que queda recogido de forma muy difusa en nuestro vivir diario.

1 comentario:

luryfc dijo...

El vacío es como una burbuja de aire dentro de una botella de agua. Nunca desaparece totalmente, pero puede mezclarse en una masa mayor y mas fuerte que él. El vacío se da sobretodo cuando algo bueno muere. Sea lo que sea.